martes, 23 de febrero de 2021

UNO MÁS

 ¿Dos posts en un día? Definitivamente uno se apendeja pensando en qué hacer, si no hacer, o ya, pero lo que importa es que uno lo haga cuando lo sienta, al menos eso he aprendido, pues nada es verdad, ni definitivo, ni siquiera la muerte. Ni siquiera importan las respuestas, porque el que se contesta es uno mismo, a cada segundo, y así uno va construyendo ese camino que, como dices, no es nuevo, ¿es siquiera un camino? 

Volver a leerte es siempre inspiración, me recuerda que hay personas con las que no hace falta las "small talks", porque ahí donde nos encontramos es un mundo muy separado a este, elevado diría, y que nos muestra un reflejo distinto cada vez. Me llamó la atención >>  "Entre líneas atisbo que tus peripecias de los últimos años se parecen más a las mías de lo que se parecieron nunca entonces."  y me pregunto, si es así, cómo saliste de ahí, si es que eso es algo que uno hace. 

No puedo sino preguntarme si dejaste de volar, si te aterrizaste, y qué significa eso, pues en cada línea que he leído tuya desde entonces puedo verte todavía. 

Hemos dicho que ni nos reconoceríamos, y tal vez sea verdad. En aquella ocasión que tanta mierda solté dirigida supuestamente a ti, dije: "Solo le pude decir que me había dado cuenta de que el amor era mirar en el ombligo de otra persona un espejo en el que solo te reflejas tú." aparte de todas las tonterías que dije entonces, esta fue la única que se quedó de verdad, porque aquello de lo que te acusaba es lo que ahora descubro que hacemos todos (¡sorpresa!) y no con esa connotación tan fea. Cómo vamos a ver en otro eso que no tenemos dentro. Suena a cliché pero es que veo que todo es así de simple. Aquellas palabras que me dedicabas, que me hacían sentir especial solo era un reflejo de algo que tenías tú, al menos así lo veo yo. Imagino que escribo esto como si fueran unas disculpas, pero no creo en el perdón ni la culpa, pero sí necesitaba expresar esto que tan recientemente me ha sido desvelado. jaja. Qué podía ver yo en ningún lado que fuera bonito si todo lo que pasaba dentro era penoso. Me dejé engañar por las apariencias del mundo exterior y la que no consiguió verse en ese espejo fui yo. 

Según interpreto estás donde querías estar, y no me puede hacer más feliz. 

Eternas gracias por el espejo.

PD: Justo en este día escuché esta canción varias veces y me hace gracia pensar que cuando la escucho digo "qué se sentirá que a uno le dediquen algo tan bonito" y ahora pienso que tengo una idea bastante aproximada. Y se siente bien lindo. 

AQUELLOS MARAVILLOSOS CICLOS

Tengo una entrada en borradores, del año pasado en la que explico qué ha sido de mí. En la que hablo de esperanza, por fin de saber quién soy y adónde voy, contando mi jornada por la vida de lucha, la vida comunitaria, o al menos el intento. Empiezo diciendo que si alguien de mis vidas pasadas me viera, no me reconocería, jaja. Ahora veo ese post y pienso lo mismo, si alguien de mi vida pasada (desde hace 5 meses hacia atrás) me viera o me oyera, tampoco me reconocería. Tengo que admitir que me pilla por sorpresa ser tan variante pese a que siempre he tenido la sensación de que para mi el equilibrio no es más que una palabra en el diccionario. 

En fin, recuerdo que ese intento de post lo escribí porque me acordé de que para mí escribir era (lo típico) un refugio, y pues la verdad es que escribí sin ganas, con ínfulas de pasado nostálgico y tonterías que realmente no estaba sintiendo. Porque así ha sido estos últimos años. Poco o nada sentir. De ahí mis depresiones, mis ansiedades, mis preparadas visitas al psiquiatra que nunca cumplí y nunca confié. 

Siempre he tenido mis momentos de pararme un segundo y pensar "¿enserio todo eso lo he vivido yo?" y reconozco que me gusta ennumerar cosas tan raras y variadas que he hecho, pero siempre han sido como en tercera persona, no llego a tener la sensación directa de que ese "yo" sea este "yo". 

1Y ahora lo entiendo! (giro inesperado)

Tanto tiempo que he dedicado a entender la cultura de los pueblos de los que provengo, y siempre me quedaba estancada en esa parte más espiritual, el concepto cíclico del tiempo, en fin, cosas que mi mente occidentalizada no alcanzaba a comprender, porque mi mente occidentalizada siempre creía que a base de teorías, explicaciones y palabras difíciles era como se entendía la vida. Ahora lo entiendo por que recientemente experimenté un 'clic'. Me alejé al mismo tiempo que me sumergía en todas esas vidas que he vivido. No pensé en nada al tiempo que lo comprendí todo. Fue un momento, muy breve, en el que viví la eternidad de lo que verdaderamente significa el "tiempo". Y ahora siento. 

Estos años atrás he creído que estaba sintiendo tanto y mentiras! Solo estaba pensando que sentía. En un esfuerzo por encajar en el mundo que yo creía que era tan exterior, tan hostil, tan ordenado, tan no-yo, me vi teorizando sobre todos y todo, y el mundo se fue haciendo cada vez más espeso, más hostil...

Recuerdo que alrededor de mis 20 años, todo era tan extraño pero tan emocionante. Me dejaba llevar mucho hasta que de repente me daba por pensar y entonces todo se paraba en seco. Era una constante, pero al menos esos momentos en los que me dejaba llevar pasaban situaciones tan cómicas y extrañas, tan raras, y claro, si el mundo es lo que tienes en tu mente, pues esa mente cómica, extraña, rara no era tan mala, era vida, pasión, sueños, bailes... luego cuando la cagaba pensando, y jugaba a ser una adulta muy madura, venían los juicios en los que me hacía pecadora y era el momento de cargar la cruz. Como decía papito Dios "el juicio nos separa de la verdad" y yo no podía estar más en la mentira. Llevaba muchos dolores por dentro que pensaba que se irían en el momento en el que me vine a Madrid con 17 años, y aunque me creí muy valiente y rebelde, no me atreví a abrirlos. Luego me las quise dar de más valiente aún y más me alejé de serlo. Me cerré al mundo y a la vida que tanto creía estar defendiendo y protegiendo. 

Han sido unos períodos muy densos, de mucho sufrimiento, que no deja de ser aquello que pasa por no querer sentir dolor. En mi mente los veo como años de siesta profunda, y ahora recién siento que volví a despertar, aunque no haya estado con los ojos abiertos antes. Estoy llorando constantemente y estoy sanando heridas muy antiguas, estoy respirando de otras formas y tal vez lo mas importante es que volvieron mis sueños. Y ya no parecen tan imposibles. 

Quién me iba a decir a mi que esos llantos que siempre había evitado me iban a dar la vida que tanto estaba buscando. 





PD: Me encontré ayer con el blog Naranja y era lo que necesitaba para atreverme a escribir por acá. Gracias R! 



jueves, 18 de mayo de 2017

BD


the part of me
that stays within
when the weather changes
keeps reminding me
that I'm not this.
But I am.

When it walks down the stairs
I tell my ears not to listen
all the nonsense that it claims
crying out loud to stop
and telling it
that I'm not this.
But I am.

And when it escalates to the top
I start befriending it
before I take out the knife
and stab it till it dies
repeating myself
that I'm not this.
But I am.

After all this time
I still sit in the same chair
with you, with them
never alone so
that I can lay in your voice
with that part of me
that stays within
when the weather changes
that keeps reminding me
that I'm not this.

But I am.

But I am.






viernes, 19 de agosto de 2016

YIKES



Hacía bastante tiempo que no miraba el teclado con la ilusión de que se transformara en un saco de boxeo. Y mira que a veces me salen unas palabras tan bien conectadas, que me reafirmo en pensar que las letras, las palabras, las frases y los párrafos son mis herramientas naturales. Una extensión de mis dedos y mi cerebro (y mi corazón, yikes). Y ahora, que al altas horas de la noche, con un ojo puesto sobre un reloj en otra franja horaria en la que me encuentro en la mente de alguien, ando escribiendo párrafo tras párrafo de todo lo que se me ocurre, nada fluye. Que puta, mierda, todo, cojones, te mato. Que igual me da por volverme metalera y dar asco a los que me importan de verdad. Como de repente me da por querer rebelarme siendo la persona más normal del mundo, con el plan más maléfico del mundo. ¿Mi problema? La venganza. Será de tener hermanos y devolver siempre el último golpe. Será de niñata, que también. Será de niña, que lloro y lloro y me río y lloro. Que doy un paso al frente delante de los típicos jueces de ballet de películas y hago una introducción sobre mí de la hostia. "¡Qué seguridad!" dirían. Y entonces bailo y en la segunda vuelta me caigo. Y veo cómo se giran para ver a las demás chicas que dan vueltas y vueltas. Perfectas. De todas formas yo sigo siendo muy interesante, y muy segura, aunque a medias, que la voz temblorosa ya no se puede esconder. "Aquí lo que nos importa es que se baile bien, siguiente" dirían, "pero es que yo no he venido a que me juzguen cómo bailo, que yo soy muy interesante" replicaría yo, "que sí, que sí, super interesante, pero que no. Si no vienes a eso, entonces qué te crees que estás haciendo aquí" dirían altivos. Y pues sí, yo no sé qué hago allí, por qué veo un letrero de "se buscan buenas bailarinas de ballet. Y guapas" y yo entro y muestro otra cosa que no quieren. Por qué será que no entré en el local que está un poco más allá, un poco más escondido, donde querían que yo les mostrase algún texto mío. Por qué será que quiero formar parte de aquello que no quiere aquello que yo le enseño. Por qué será que querer y saber no van unidas por regla natural, como un conocimiento innato. Como unos polos magnéticos que se atraen, que no dejan que te vayas a aquello que no te busca, y te capturan. Y qué interesante, y cuánta sabiduría, y cuántos consejos a amigas pánfilas que no hacen lo que tendrían que hacer, y qué poco se aprende de nada, que eso que es tan frágil y que uno tanto protege tiene un talón de Aquiles tan amplio. Te dan ahí y ya no hay nada que hacer. Y qué recogerlo y ponértelo de nuevo ni qué niño muerto, si uno lo protege es con las manos de otro. "Cuídalo como si fuera tuyo", pero qué haces, si a nadie le importa nada, nadie protege nada, a nadie le importan esos mismos nadies. Y ojalá fuera un poco más tonta y menos feminista... ¡Lo bien que bailaría!

miércoles, 17 de agosto de 2016

FURIOSA

En medio del caos,
te leo,
naranja.
Él coge las maletas,
no mira,
se va.
La chica rubia
se ríe,
le espera.
Los kilos de más
aguantan
conmigo.
Aquel cabaret,
donde no
canto yo.
Las noches pinchando
sin ver ahí
tu mirada.
Cada sueño
de esos
en los que no estoy.
Y dos latas
de cerveza
en la nevera.

domingo, 3 de abril de 2016

DROPPING OUT

Las dudas siempre están ahí, al igual que los nervios y las ganas de escapar. A los seis meses de empezar mi aventura en el Norte empecé a sentir ya el cosquilleo tan familiar que me aconseja que me marche y lo deje todo atrás. No le hice caso. En ese momento no era necesario ya que estaba viviendo una de las mejores épocas de mi vida.

Pasé todo el verano trabajando y sacrificando las compañías que más quería, invirtiendo mis esfuerzos en lo que esperaba que fuera la continuación de esa época maravillosa. Y eso es lo que tenía que ocurrir. Por primera vez sentía que resistía mi urgencia de irme con tal de conseguir lo que quería. No sabía que iba a ser como fue todo después, pero no se fue a saco roto. Los dolores de espalda, los días grises de soledad en verano y el agotamiento corporal me demostraron una fuerza que desconocía en mí. Siempre trabajando para mis placeres más inmediatos y nunca haciéndolo con miras al futuro. Parecía que incluso estaba empezando a encontrarle sentido a esas vidas que nunca comprendí, que invierten su vida presente por su vida desconocida, borrosa y futura.

Que el sistema educativo es un fraude, ya lo sabemos todos. Hablamos de ello y escribimos al respecto. No se porta bien con la gente ambiciosa, con la gente pobre, con la gente de fuera ni con la gente sensible. La autoestima que surge de no cumplir los parámetros de la educación pública es débil y ha dejado los sueños muy atrás.

Idealista no soy yo, que quiero vivir haciendo lo que más me gusta. Idealista son ellos, que te enseñan cosas pensando que sales, trabajas y vives feliz para siempre en un mundo lleno de oportunidades.

En varias conversaciones, hablando de nuestras vidas, siempre que comento que he cambiado varias veces de rumbo, el resumen y la categorización de esa actitud es: "Vamos, que no sabes lo que quieres". Me han convencido hasta la extenuación que necesito esa gran revelación de una única cosa que pueda y quiera hacer. Me han agobiado con lo que se me da bien. Me han agobiado con lo que me gusta. Me han agobiado con las normas. Y ahora, al borde de todo, de dejarlo todo atrás y seguir con ese camino que nadie entiende, me doy cuenta de que sí sé lo que quiero. Y quiero muchas cosas y sé cuándo las quiero en el momento en el que lo deseo. Sí lo sé y en base a ello me muevo. ¿Que no sé qué es lo que quiero? Después de haber cogido tantos caminos, y de haber sido tan extremadamente feliz e infeliz, creo que puedo decír que sí lo sé.

Mis ídolos se quedan atrás, porque no puedo seguir comparándome con nadie. No soy especial, ni ninguno de los que estamos aquí. Mi felicidad sí lo es, y así la de todos, y deberíamos confiar en eso que nos hace felices y nos mueve a las emociones más extremas para determinar nuestra vida presente, que es la que importa. No me preocupan ya las temporadas de tristeza, siempre y cuando les pueda otorgar un valor especial, que no puede ser de otra forma que no sea estar propiciadas por seguir mi instinto. Este es un periodo de tristeza, como otros muchos, pero es pobre y aburrido, no hay reproches, no hay escándalo ni hay drama. Así no soy yo. Así no lo quiero.

Necesito el aire en la cara, necesito ver los colores de los atardeceres y poder quedarme quince minutos sacándoles la foto que quiero. Necesito comer y dormir bien. Necesito quererme como nunca antes.


Y necesito escribir.

miércoles, 9 de marzo de 2016

AUTOBÚS AL NORTE


Desperté con el sonido más dulce, que no le es igual a nadie más de este mundo. Aquel sonido que supera las melodías de aquellos viejos compositores que nos hablan con delicadeza de las emociones más puras.
El traqueteo del motor me devolvía al norte frío, al norte gris, pero aquel sonido me devolvió la risa que perdí hace unos días, semanas, meses...
Volví la cabeza y os ví a los tres. Justo detrás de mi asiento estaba Gina, pequeña como la recuerda mi nostalgia y detrás de ella estabas tú con Guille. Él estaba interpretando su papel en la familia, como siempre, alegrando, molestando y bromeando. Vosotras estabáis exultantes y vuestra cara brillaba con el humor de aquel día, pues el sol estaba jugando a camuflarse entre nosotros pero sin dejar de ser un mero espectador.
Reaccioné sin saber por qué me quedé traspuesta y por qué no estaba al corriente de la última broma, así que os saludé, con la naturalidad del que nunca ha perdido nada, e inmediatamente abriste los ojos llenos de amor, convencida de que lo que sentía era una pequeña envidia. Te levantaste al tiempo que me decías alguna de aquellas frases que no me quito de la cabeza, que me recuerdan que alguien me quiere más que las flores a la primavera, y te sentaste a mi lado sin dejar de sonreír.
Si todo era tan familiar, me resultó extraño que tan pronto te sentí a mi lado, te traje hacia mí y te sumergí en un abrazo culpable de parar el tiempo. Sentí tu cara mientras la acariciaba sin dejar de rodearte con fuerza contando cuántos latidos habían en cada segundo de quererte.
El traqueteo continuaba y así también nuestro abrazo.
Pero desperté otra vez dentro de mi despertar comprobando con alivio que tú aún no habías desaparecido y que seguía teniéndote al lado de mi mejilla, aunque los segundos comenzaron a contar más rápido. La luz que antes sentía se cambió por el reflejo de la nieve de afuera, que brillaba molestamente. El sonido que me había despertado había desaparecido y tú ya no reías y ellos ya no jugaban.
Desperté esta vez de verdad, y te hiciste más blanda y abrí los ojos y lo único que había eran mis brazos deformando mi abrigo negro de invierno. Volví la cabeza desconcertada y todos los asientos de atrás estaban vacíos.

El sonido, lejos y la tibieza del sol, burlándose de mí.

Desperté de este sueño asustada de vivir en adelante con los ojos cerrados, por si acaso volvéis a estar tan cerca, sin que me importe perderme todo aquello que no sea tan alto y perfecto como ese lugar de mi memoria en el que vivís todo el tiempo.

El traqueteo sigue.

Os quiere siempre,


Ana.